domingo, 9 de febrero de 2014

Un poco sobre mí

Tengo 30 años, soy anorgásmica y disfruto en la cama.

La anorgasmia no es, para nada (al menos en mi caso), sinónimo de inapetencia sexual ni frigidez. Nunca me ha limitado a la hora de ligar, de querer acostarme con un chico, de probar cosas nuevas. Con todo lo que he leído y experimentado para combatir el problema de la anorgasmia, tengo abiertas puertas que otras mujeres tienen cerradas. Mis compañeros sexuales me dicen (tanto los que conocen mi anorgasmia como los que no) que soy una buena amante. Soy deshinibida, curiosa, generosa. Me gusta hacer y que me hagan, ¡me gusta el sexo!

Sin embargo, para llegar hasta aquí ha habido un largo camino que recorrer. Creo que yo solita (por inexperiencia y desconocimiento), me fui creando un trauma. Una cosa es no tener orgasmos, y otra sufrirlo como un horrible complejo (en otro post explicaré cómo fui construyendo ese complejo). Y claro, para combatirlo hicieron falta varias cosas: que reconociera mi problema, que fuera capaz de hablar de él con otras personas y, sobre todo, que buscara ayuda profesional. Llevo un tiempo haciendo terapia con un psicólogo-sexólogo y los resultados han sido muy positivos. Aún queda trecho por andar, pero estoy contenta de ir en la dirección adecuada.

Y, mientras llega (o no) el famoso orgasmo, me gusta irme a la cama (sola o acompañada) y pasar un rato placentero : )